En el proyecto de Domingo encontramos una esencial vinculación entre la comunidad y la predicación. Hay que observar que el propósito de la Orden no es la comunidad, sino la predicación. Aquella está en función de ésta. Lo cual no quiere decir que la comunidad no tenga mayor importancia, sino que la tiene precisamente porque si falla la comunidad es posible que falle también la predicación. Desde sus raíces fundacionales desprendemos lo que en el proyecto dominicano entenderemos por:

Contemplación: Dios es el centro de nuestra vida, Él da sentido a la comunidad que se reúne en torno suyo. Solo contemplando los signos de los tiempos adquiere toda su importancia de contemplación del misterio de la salvación.

Estudio: Por medio del estudio buscamos el modo de dar respuestas al hombre y mujer de hoy. Nuestro estudio debería educarnos en la responsabilidad en torno a las palabras que usamos, de que lo que decimos se corresponda con la realidad y responda a la verdad.

Búsqueda de la Verdad: La verdad responde al deseo más profundo de nuestra humanidad, nos convoca a ser hombre y mujeres que viven y hablan en verdad, escuchando con atención. Es vivir con la claridad de Domingo, viendo lo que es esencial. Es ver CON Dios para llegar a compartir su amor.

Mente Abierta: Vivimos siempre abiertos a la novedad de nuestro mundo, en la tensión de ser vanguardia, de estar en las fronteras. Ir más allá en búsqueda de la verdad abriéndole espacio a las nuevas verdades que nos vuelven más plenos y felices.

Compasión: Padecer “con” y “por” es la clave de interpretación de nuestra vida y misión. Tener formación en la compasión es educar el corazón y la mente para rompa todo lo que, en nosotros, es corazón de piedra, arrogancia y soberbia.

Objetivo General: Movilizar a la comunidad Inesiana, para que, desde el Evangelio de Jesús, se sienta convocada y enviada a predicar con hechos y palabras la verdad sobre el ser humano y su vocación trascendente.